miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cuenta atrás

Ha comenzado ya.
Los días se agotan, días de despedida, de abrazos y de tenerte en mis sueños.
Días de calcular lo que podré hacer, lo que espero que llegue.
Días de nervios, de planificar la maleta, y ordenar mis ilusiones y mis sueños.

Demasiado había pasado ya, demasiado tiempo sin tenerte, y tampoco creo que pudiera aguantar más. Es la pura verdad.
Has sido parte de mi, de lo que soy y lo que quiero llegar a ser. Tú enfocas mi vida desde otro punto, le das un giro a todo, y me enseñas un nuevo mundo. Ese en el que hace falta poco para ser feliz, ese en el que con poco se consigue mucho. Ese en el que contigo puedo mirar al fin del mundo.
Eres una suave brisa que me anima a seguir, me anima a ser mejor persona, a querer crecer por dentro.
Dentro de poco estaré contigo, y tú conmigo. Podré mirarte, verte, tocarte, acariciarte, rozarte, hablarte, susurrarte y besarte... Podré ser parte de ti, como tú lo eres de mí.
Casi tiemblo al pensarlo, bien lo sabes, que la distancia no es buena compañera de vida. Que la soledad tampoco. Que un abrazo a tiempo vale más que mil consejos, vale más que mil susurros en la lejanía.

Y por una vez lo diré claro, te he necesitado aquí. Y como Mahoma no va a la montaña, será la montaña la que tenga que moverse.
Dame dos sueños y tendré tus manos entre las mías.
Dame dos noches para dormir y cuerpo estará entre mis brazos.
Dame 16 horas de tiempo perdido y tus labios serán míos.

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