lunes, 17 de septiembre de 2012

¿Qué sabes de mí?

Solo hace unos meses que escribo en este particular diario de sentimientos y emociones. Solo hace unos meses que me sigues, puede que días, puede que hoy sea el primero. Te escribo a ti, tú que has leído todo lo que he podido dejarte leer, todo lo que aquí queda reflejado. Sabe que no es todo lo que hay, y que siempre habrá una parte oculta de mí, pues desde hace unos meses sé que hay una forma de controlar la información que te llega de mí; simplemente cerrando la boca.

La vida es eso que pasa mientras planeas qué hacer. A veces esos planes no se llevan a cabo, o puede que sí. Son esas variables las que determinan si tu vida toma un rumbo u otro, las que dictan los cambios al fin y al cabo. Porque la vida es cambio. Es escoger un camino u otro, madurar, crecer y darte cuenta de que, una idea detrás de otra, el mundo no es como tú creías. Hay gente a la que le cuesta asumir la verdad, asumir que no todo es como se ve o como se soñaba que era.

En cuanto a mi vida, diré unas cuantas cosas. He aprendido a controlar la información que recibe la gente sobre mí, eso me ha convertido, a ojos vista, en una persona más fría. ¿Fría? ¿Yo? Realmente sí, al menos para aquellos que están a una distancia prudencial, para aquellos que han decidido ni estar en mi vida como para conocer mis cambios, ni salir de ella definitivamente. Es un cambio que solo aquellos que están en la frontera han notado.
Para los que están en mi vida, sigo siendo tan transparente como antes, aunque solo sea una apariencia. Hay mucho que no cuento, porque mi límite de la intimidad ha aumentado. Las cosas de pareja son de la pareja, a pesar de que la gente se quiera inmiscuir; a pesar de que a veces pida consejo y opinión; a pesar de que no siga esos consejos.
Para los que están fuera de mi vida... bueno, esos ni se enteraron de cómo era antes, así que ¿cómo iban a darse cuenta de que he cambiado?

En lo que respecta a mi forma de ser o de ver la vida... Bueno, sigo siendo esa chica cariñosa, que necesita mimos, abrazos y caricias casi continuamente. Sigo necesitando que me apoyen y me sigue gustando apoyar a los míos, aunque haya quien no se apoye en mí. Y, bueno, mi forma de ver la vida, es la que es. No hay más. Yo defiendo que cada uno haga lo que quiera, siempre que no haga daño a nadie. No me meto donde no me dejan entrar, ni opino sobre lo que no me piden mi opinión, pregunto qué tal está la gente que me importa porque quiero saber cómo están y cuando veo algo que no entiendo pregunto si ha pasado algo, si he hecho algo malo, si algo molesta o qué puedo hacer algo por solucionarlo.

La última lección que he aprendido se la debo a mi Amanecer: liberal o retrógrado, conociendo a alguien o sin conocerlo, no hay que juzgar a nadie. Simplemente hay que dejar que cada uno sea como es, aconsejarle en la medida de lo posible, y estar en los momentos altos y bajos.


En cuanto a ti, mi Jove particular, decirte que las puertas están abiertas. Que has tocado mi alma con la yema de tus dedos, que son tan bastos en apariencia, tan suaves en realidad. Quisiera decirte lo que significan tus palabras, tus gestos, tus miradas o tus sacrificios, pero no habría palabras suficientes para llenar este escrito.



Pd: he vuelto al tamaño original de mis textos. He vuelto a tener tiempo, a tener algo de lo que escribir, a encontrar la inspiración donde la gente solo ve un mundo ordinario. He vuelto a encontrarme conmigo misma, a querer explicarte quién soy, cómo me siento, a ti, que lees pase lo que pase, que si cierras la puerta, siempre dejas abierta esta ventana ;-)


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