Ayer me acosté, algo baja de ánimos.
Hoy me he levantado, recordando lo de ayer.
Y te recuerdo a ti, con tus ojos marrones,
con tus manos suaves,
con tus sentimientos a flor de piel.
Agradezco cada segundo que has estado a mi lado,
cada segundo que me has abrazado,
aunque entre nuestros cuerpos aún hubiera espacio.
Agradezco cada vez que has visto las lágrimas que me tragaba,
que las enjugaras y me sonrieras
y me hicieras ver lo bueno de cada mala situación.
Me he creído poca cosa a tu lado,
he creído no hacerte bien
y te he necesitado
y no te he pedido ayuda,
por no hacer más mal que bien.
He podido crecer a tu lado
ver lo que nadie ve
y ayudarte antes de que llegues a caer.
Nos hacemos fuertes,
somos fuertes,
estando juntas.
Porque nos ayudamos mutuamente,
porque ante la debilidad,
sacamos nuestra fuerza.
Por ti, por ser una musa, un ángel, una amistad.
Por ti, por estar cuando nadie sabía que tenía que estar.
Por ti, por ser tú.
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