Hoy por primera vez en mucho tiempo, escribo sin ganas.
Hace tiempo, aunque no tanto, cuando empecé este blog, era un orgullo poder contarle a todo el mundo, en clave de humor, con vueltas que nadie entendiera e incluso ideando nombres falsos que enmascarasen a mis personas cercanas, todo lo que ocurría en mi vida.
Me tocó aprender a ponerlo todo bonito, sin poner fotos por los medios que fastidiaran y cortaran la lectura, y finalmente, creo que he conseguido saber cómo hacer que sea menos aburrido.
Pero hoy, después de una semanita bastante intensa, no quiero escribir.
He llegado a la conclusión de que ciertas cosas no debe saberlas nadie, ni debería contarlas por mucho que pueda encerrarlas en un mundo de palabras que hagan que te pierdas si no me conoces, o si no has compartido conmigo nada de esa semana.
Hay promesas que se cumplen, y promesas que no,
perdones que se repiten y "lo sientos"que no valen nada.
Hay veces en las que sabes que lo estás haciendo mal, y te da igual.
Tu verás
Yo prometo mucho cosas, y trato de mantenerlas.
Por eso mi silencio, que no sé cuánto durará.
No quiero hablar más, me duele la garganta,
y es por llevar toda mi vida hablándolo todo.
A veces no hace falta.
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Y por cierto, una recomendación de música. Me ha encantado recordar repentinamente la canción de Pablo Alborán "te he echado de menos". No soy capaz de dejar de escucharla, aunque tenga otras cosas que hacer.
Pasadlo bien ;-)
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