A veces lo que puedo escribir puede doler a los demás.
Y lo siento por si a alguien le duele, más me duele a mí y no tengo más formas de decirlo.
Encerrada en casa recordando tus palabras,
esas que decían que no es suficiente,
esas que decían que es culpa mía.
Esas que rectificaste.
Rectificar es de sabios, o eso dicen
pero la herida no se cierra.
Y pretendes normalidad
y volver a hablar.
¿Cómo me saco de la cabeza todo lo que dijiste?
¿Todo el daño que me hiciste?
Te hice daño decidiendo no hacértelo más.
Y decidiste no ser el único en sufrir.
¿Cómo puedo creerme que me quieres,
si decidiste ser cruel en un momento tan difícil?
Me duele el aire, me duele al pasar.
Me duele recordarlo, me duele hablar.
¿Y qué hago? Solo estudiar
Encerrada en estas cuatro paredes que se me caen encima.
Puede que no rime, puede que no suene bien
puede que no tenga sentido, solo sé que no siento la realidad.
Y si estoy perdiendo la cabeza, bueno, entonces tampoco soy tan insensible.
O fuerte, como te gustaba llamarme.
Y todo me recuerda a lo mismo. Menos estudiar, quizá por eso estudio, para no acordarme de mi realidad.
Todo me recuerda a lo mismo, y no lo puedo evitar. He copiado una frase de una serie, que me viene como anillo al dedo. O como sombrero a la cabeza.
"A veces por mucho que lo intentes, no hay forma de salir del túnel.
Da igual lo que sacrifiques, si temes que no va a salir bien.
Puedes optar por sonreir y conservar la ilusión.
Pero si la has perdido sabes que es casi imposible conservarla.
Quien diga que siempre hay una luz al final del túnel, miente.
A veces no hay luz, no hay salida.
Por suerte, a veces una simple canción te devuelve la esperanza."
Sandra. Los protegidos. 3x08 Al final
La música amansa a las fieras. Y en mi caso, los libros también.
Leo y oigo música desde que despierto hasta que me acuesto,
por no acordarme de lo que no quiero rememorar.
Se acabó, y ya veremos cómo salimos de esta.